Edificio uso mixto -Kazakhstan-

La propuesta entiende y acentúa la horizontalidad de su entorno y la del río Ural. Remarca la conexión directa con el suelo, pero su posición de flotabilidad permite al ocupante tener una visión por encima del rio. El proyecto reconoce la dualidad entre urbano y natural y crea una transición entre lo construido y lo tectónico, referente a lo urbano y se va desmaterializando hacia el área más doméstica, el hotel, el restaurante terrenal.

El programa se organiza en base a unas directrices de privacidad y materialidad, de lo más público a lo más privado. Se accede por un hall central que distribuye hacia las distintas zonas, siendo cada una de ellas independientes. En la fachada sureste se encuentra la zona de eventos, salas de conferencias, el restaurante mirador, la plaza urbana. En la fachada suroeste el hotel boutique, el restaurante en relación con lo cultivado, con la nieve, con lo natural, con las estaciones.

El tratamiento de la luz natural es central en la propuesta. Una fachada prácticamente abierta hacia el río, protegida por un pasillo atemperado, con la luz matizada por una suma de capas de materiales naturales con distintas densidades que recuerdan a las construcciones tradicionales de los nómadas, en el interior, los patios que se repiten en disposición se proponen ser tratados con el mismo material, filtrando la luz. La fachada mirando al río busca ser un mediador entre el dentro y el fuera, permitiendo un uso eficiente de los espacios intersticiales.

Se propone el uso de materiales naturales, nobles, ya que su mantenimiento es inferior, sobre todo si se dejan envejecer, y coger la pátina de protección natural, como la madera, el ratán, el hierro natural, piedra cuarcita,…También se propone construir en hormigón in situ, con acabados en relación a los materiales utilizados como naturales, dándole textura, ‘renaturalizando’ e integrando con su entorno.